Friday 23 de August de 2013, 00:19:10

Habrá miles de montañas en el mundo para conocer y sin embargo, a algunas volvemos una y otra vez, no sabemos porqué, o quizás simplemente, es que nos gustan especialmente.

El sábado 17 de agosto nos fuimos a Cauterets Estíbaliz, Marian, Alberto y yo, para desde Pont d´Espagne, subir a las Oulettes de Gaube. Hay un parking enorme, cuesta 5,5€ al día. También hay un telecabina y una silla, que por 11,5€ te evita los primeros 300 ó 400 metros de desnivel, unos tres cuartos de hora de camino, y el día de vuelta te incluye la bajada y el párking, pero también te pierdes recorrer el bonito camino que, siguiendo el río y las cascadas, atraviesa un bosque de abetos centenarios y llega al Lac de Gaube.

Desde el lago de Gaube, los cartelitos amarillos marcan una hora y media hasta las Oulettes, frente a la cara norte del Vignemale, dos horas y cuarto desde el párking. Para mí, que es un poco poco. Creo que serán casi tres horas.

El camino va alternando por ambas orillas del arroyo, superando sucesivas cascadas. Pronto alcanzamos el límite de la niebla que nos impedía la vista del Vignemale. Nos cruzamos con un par de asturianos que bajaban y nos dijeron que la tarde anterior una tormenta había inundado la mayor parte del llano de las Oulettes, que dentro de la tienda era mejor tener una piragua que un saco. Llegamos a la zona de acampada, cerca del refugio y del camino que sube al Col des Mullets y no se veía a diez metros. Pusimos las tiendas por allí, pero hay mejores sitios, con más hierba y más altos, a salvo de riadas, en la zona izquierda y más alejada del refugio según subes.

A la mañana siguiente el tiempo era espléndido, como de encargo. A las 8:30 comenzamos a subir hacia la Horquette de Ossoue, de los 2.151 metros a los 2734, en unas dos horas, por el GR 10.

Desde la Horquette de Ossoue cambiamos de vertiente y en dirección al refugio de Baysellance desdemos unos 180 metros de desnivel, para bordear un contrafuerte que desciende de la cumbre del Petit Vignemale y, sin perder más altura, abandonar el GR que desciende hacia Gavarnie y por la ladera, llegar al inicio del Glaciar de Ossoue. 

En la foto siguiente se aprecia la morrena que aparece tras el flanqueo del contrafuerte y que tras superarla, este año nos deja ya en la nieve del glaciar, sobre los 2.600 metros. Lo normal en esta fechas es que la nieve, si la hay, esté más arriba y aquí comience a aparece el hielo gris del fondo del glaciar. 

Este año ni siquiera se ven las grietas del glaciar, están todas tapadas. La nieve estaba blandita, cómoda de caminar y aunque útiles, los crampones ni siquieran era imprescindibles. El piolet, de adorno. 

Tras el recorrido del glaciar, sólo empinado al principio, llegamos a la trepada final, de unos 150 metros, de la cumbre. Tuvimos suerte y pudimos subir y bajar sin nadie por delante o detrás y sin piedras zumbantes amenanzando nuestra integridad.

Desde una de la grutas que hizo excavar el conde Russell, se divisan las montañas de Gavarnie, desde el Taillón al perdido.

Y tras cinco horas y media, la cumbre. Y la bajada, pasando por la salida del Couloir de Gaube. Otras cinco horitas de bajada y a cenar, esta vez en el refugio, de lo cansados que estábamos no nos apetecía cocinar. Fueron unos 16 euros magníficamente invertidos en una suculenta y abundante cena.

Y el lunes, despedida y para casita.